Villena, un bujero
El eslogan que desde hace años utilizamos para promocionar Villena se presta a innumerables versiones, algunas sarcásticas como la que utilizo para titular esta columna. Si fuese en otro momento, tal vez hubiese dicho aquello de Villena se hunde bajo nuestros pies o, por aquello de complementar la famosa campaña de limpieza de la pasada legislatura Villena, te vamos a poner guapa, teniendo en cuenta que ahora cuando se quiere decir que uno (o una, claro) está de muy buen ver, yo hubiese aportado, esto de guapa como un queso.
Que Villena, una vez más, se nos abre por el suelo es algo que ya forma parte de nuestras costumbres. Lluvias fuertes, grandes socavones. Coches, furgonetas y camiones que son engullidos o que, como decía el otro día medio en broma, creen haber encontrado el acceso a un supuesto parking subterráneo. Y es que viendo la imagen del camión accidentado en la calle Trinidad, uno no puede dejar de pensar en lo que la imagen sugiere. A Dios gracias, el conductor de dicho camión pudo salir ileso del accidente, me parece que es la única nota positiva de todo esto.
Recuerdo haberlo comentado, no sé si en una columna o en algún foro de EPdV, que las obras de infraestructuras básicas como es alcantarillado y, por qué no incluirlo, vigilancia de nuestro subsuelo en general, es algo que tiene un coste elevadísimo de dinero y poco o nada de exhibición electoralista. Sorprende que hoy, escuchando la radio, haya llamado por teléfono alguien apuntando a Celia Lledó como responsable de estos socavones; imagino que habrá querido decir que por aquello de ser alcaldesa, porque ya me dirán Uds. qué responsabilidad, en forma de culpa, puede tener el equipo de gobierno actual. En todo caso se debería valorar la celeridad con la que se ha actuado, las soluciones de emergencia aportadas y la planificación futura de prevención que el equipo de Celia haya podido adoptar.
Creo que expreso el sentir de mucha gente al decir que, vistos los socavones, algunos hemos pensado en el famoso parking subterráneo y en el soterramiento de las vías. Dos grandes obras que, en una ciudad con un subsuelo como el de Villena, a más de uno nos eriza el vello. Y sí, dígame Ud. que hablo desde la ignorancia, lo acepto. No soy, ni por asomo, experto en obra civil ni arquitectura, para eso hay técnicos que diseñan las calles (como Tambor de Granaderos intersección con avenida Constitución o la propia Trinidad), ellos saben mucho mejor que la inmensa mayoría de nosotros cómo construir, nosotros no. No se me caen lo anillos por reconocerme un ignorante en estas áreas y, qué quieren que les diga, viendo lo acontecido, casi lo prefiero. Porque, un subterráneo que por la razón que sea, se interponga en el paso natural de una rambla que busca su camino, como el viernes hiciera la mencionada Rambla Conejo, ¿qué consecuencias acarrearía? No quiero pensarlo y mucho menos pensar en las consecuencias futuras en caso de desviar esas aguas.
Y no, no me opongo a que Villena se modernice y tenga obras de este tipo. Si hay que hacer un parking subterráneo, que se haga, pero que se valore adecuadamente la necesidad y las alternativas. Lo mismo digo para unas obras como las del soterramiento, en la parte baja de la ciudad, donde, sí o sí, van a desembocar todas las aguas pluviales de la ciudad.
Es necesario, en todo caso, adaptarse a la realidad de la ciudad que tenemos. Si es por una cuestión de confianza, con El Carmel y la Rambla Conejo, tengo sobrepasado mi umbral de tranquilidad.